Karoshi: cómo el suicidio de una joven por trabajar demasiadas horas extra llevó a la renuncia del presidente de una de las principales empresas de Japón
Qué es el
"karoshi", la muerte por exceso de trabajo que en Japón es un
problema de salud pública
En español
significa muerte
por exceso de trabajo, y aunque parezca una leyenda urbana, es un fenómeno
social reconocido en Japón desde 1987, cuando el ministerio de Salud empezó a
recopilar estadísticas. Está tan extendido que si un juez determina que
alguien murió por karoshi, su familia recibe una compensación
de unos US$20.000 por parte del gobierno y pagos de hasta US$1,6 millones por
parte de la compañía.
Al principio, las cifras oficiales reportaban un
par de cientos de casos cada año, pero ya en 2015 el número de víctimas
alcanzaba las 2.310, según el Ministerio del Trabajo en
Japón.De acuerdo con el Consejo Nacional en Defensa de las Victimas de Karoshi,
la verdadera cifra puede llegar a las 10.000 víctimas anuales, más o menos el
número de personas que mueren cada año en accidentes de tránsito.
Así pues, si bien el primer
caso conocido de karoshi fue reportado
en 1969, cuando un empleado de una gran compañía de
periódicos falleció de un ataque al corazón con tan sólo 29 años
después de pasar semanas trabajando sin parar y sin apenas dormir, el fenómeno
no recibió su nombre (y por lo tanto, cierta atención mediática)
hasta 1978. Cuatro años después, Hosokawa, Tajiri y Uehara publicaron un
libro titulado Karoshi y a partir de ahí el fenómeno se
comenzó a comprender como un problema de salud pública creciente e
importante, un problema que afectaba a toda la sociedad porque era producto de
una manera de vivir y hacer las cosas. Según un informe de la Organización
Internacional del Trabajo, un 20% de los japoneses dedican más de 12 horas diarias
a su trabajo, dejando de lado su vida personal.
El caso Dentsu
En octubre de 2016 Japón reaccionó a
una triste noticia relacionada con el karoshi y el karojisatsu: se aceptaba
como muerte por exceso de trabajo el suicidio en diciembre de 2015 de Matsuri
Takahashi, una joven empleada de 24 años que había sido contratada por la
agencia de publicidad Dentsu tan sólo unos meses antes, en abril de 2015.
Recién contratada, la joven había estado haciendo más de 100 horas extra a la
semana (en una ocasión llegó a hacer más de 130 horas extra) hasta que no pudo
más, cayó en una depresión y acabó con su vida.
Matsuri Takahashi no pudo más y el día
de Navidad del 2015 acabó con su vida. Ese día saltó por la ventana de su
apartamento, en la tercera planta de un bloque de pisos. Simplemente estaba
agotada. Desesperada por la presión laboral hasta el punto de que, al no ver un
futuro mejor en su trabajo, decidió quitarse la vida. “¿Por qué las cosas
tienen que ser tan duras?”, le dejó escrito en una breve nota esta joven de 24
años a su madre. Matsuri se refería a las duras condiciones de trabajo que le
imponía su jefe en la agencia de publicidad Dentsu, la más importante de Japón.
Y es que cuando Matsuri decidió poner
fin a su vida llevaba varios meses trabajando más de 100 horas extras cada mes
y relatando su desesperación en las redes sociales a través de su cuenta en
Twitter. “Decidieron de nuevo que tendré que trabajar los sábados y domingos
(…) Sólo quiero terminar con todo”, escribió un día, según publicó en su momento
el diario Japan Times de Tokio.
Sus mensajes se volvieron cada vez más
pesimistas y desgarradores: “Son las cuatro en punto. Mi cuerpo está temblando…
No puedo hacer esto. Me voy a morir. Estoy tan cansada”, escribió un día. “Cada
noche no puedo dormir porque estoy aterrorizada de que llegue mañana”, señaló
en otro tuit. Más adelante empezó a reflexionar sobre la muerte: “Tal vez la
muerte es una opción mucho más feliz”, escribió en una ocasión. Y así hasta el
día de Navidad del 2015, en que Matsuri decidió decir adiós a la vida. Ese día
envió un correo electrónico a su madre con un lacónico: “Gracias por todo”.
La familia de la joven denunció que la
empresa la había obligado a anotar menos horas de las trabajadas en realidad.
En muchos casos su registro muestra que trabajó 69,9 horas al mes, dentro de
las 70 permitidas, cuando la verdadera cifra era mucho mayor.
Yukimi Takahashi,
la madre de Matsuri, muestra fotos de su hija. La joven se suicidó a los 24
años luego de haber sido forzada por la empresa Dentsu a trabajar hasta 20
horas por día. "Estoy física y mentalmente destrozada", escribió
semanas antes de saltar de un balcón
.
Tadashi Ishii, presidente de la
compañia Dentsu, dijo que asumía la responsabilidad por el fallecimiento de la
joven y que haría efectiva su renuncia en la próxima reunión de la junta
directiva en enero. Al anunciar su dimisión, el presidente de Dentsu señaló que
"jamás debieron haberse permitido estas cantidades excesivas de
trabajo". "Lamento profundamente no haber prevenido la muerte de
nuestra joven trabajadora por exceso de trabajo y ofrezco mis sinceras
disculpas", afirmó Ishii.
Ishii admitió que trabajadores de Dentsu aún trabajan más de 80 horas extra por mes.
La muerte de la joven no fue el único
caso de muerte por exceso de trabajo en Dentsu. Las autoridades establecieron
que el fallecimiento en 2013 de otro trabajador de 30 años de la misma compañía
se debió al mismo motivo. Y el Ministerio de Trabajo ya había pedido a Dentsu
que cambiara sus prácticas de trabajo luego del suicidio de otro empleado,
Ichiro Oshima, de 24 años, en 1991, por una carga de trabajo excesiva.
La muerte de Oshima fue la primera en
Japón que fue oficialmente atribuida a trabajo excesivo. El joven no había
tenido un sólo día libre en 17 meses, y solía dormir en promedio apenas dos
horas por noche. Aún así la empresa argumentó ante la justicia en 1997 que el
suicidio se había debido a "problemas personales".
Las autoridades señalaron que la
compañía incumplió las leyes laborales y por tanto tiene responsabilidad legal
en la muerte de la joven Matsuri Takahashi. El gobierno concluyó tras una
investigación que la muerte de la joven se había debido a trabajo excesivo.
Y el mes pasado las autoridades
realizaron una redada de la empresa para obtener información sobre sus
prácticas laborales.
Funcionarios del
Ministerio de Trabajo hicieron una redada en Dentsu en noviembre para
investigar sus prácticas laborales
La periodista japonesa Misako Hida investigó el tema del Karoshi desde
la perspectiva de las normas internacionales del trabajo, en especial las que
se refieren a las horas y las condiciones laborales. "Cuando se trata de
las horas de trabajo, en Japón no existen las normas laborales internacionales,
y en tiempos recientes un número cada vez mayor de trabajadores a tiempo
parcial han sido obligados a desempeñarse como si estuvieran contratados a
tiempo completo", escribe Hida.
El artículo "El país del Karoshi" obtuvo el premio
periodístico al mejor artículo sobre derechos laborales otorgado por el Centro
Internacional de Formación de la OIT. Fue seleccionado entre 15 artículos
presentados por periodistas profesionales que participaron en el primer curso
de formación sobre "Comunicar los derechos en el trabajo".
Como podía esperarse, el karoshi ya no es un drama
exclusivamente japonés. En China mueren al día unas 1.600 personas
por guolaosi, que es como se conoce a la muerte
por exceso de trabajo en ese país.
"India, Corea del Sur, Taiwán y China —las nuevas generaciones de
economías emergentes— están siguiendo los pasos que dio Japón en la posguerra
hacia trabajar largas jornadas", advierte Richard Wokutch, profesor de
gerencia en la Universidad Tecnológica de Virginia.
En muchos países, parte del problema no es la cultura de
trabajar duro, sino la necesidad de aparentar que lo estás haciendo.
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-
http://www.bbc.com/mundo/vert-cap-37391172
https://japonismo.com/blog/karoshi-japoneses-se-mueren-por-trabajar
https://es.wikipedia.org/wiki/Kar%C5%8Dshi
Imagenes: Getty Images http://www.gettyimages.es/