En mi artículo anterior “Guía de Compra para el
Mobiliario de Oficina” el cual iba dirigido especialmente para aquellos que se
encuentran haciendo Trabajo Remoto, les dije que iba a escribir una articulo
específico para las sillas “Ergonómicas” y con él, tratar de romper algunos
paradigmas que se han creado o nos han hecho creer alrededor de este
maravilloso invento.
Quiero comenzar hablando del mal uso de la palabra “ergonómica”,
utilizada como adjetivo calificativo para las sillas. (que según mi opinión se
ha utilizado como adjetivo superlativo para estos elementos), yo prefiria
referirme a “Sillas con facilidades Ergonómicas” para definir a una silla con
características que permiten adecuarla a varios usuarios y a diferentes
espacios, y que pueda acoplarse a los otros componentes del mobiliario de
trabajo.
Creo que el adjetivo de “ergonómica” atribuido a las sillas nos
hace pensar que se trata de una silla en la que no vamos a sentir ningún tipo
de molestias después de pasar largas horas sentados sobre ellas, se trata nada
más y nada menos de una ardid publicitario y de mercadeo para vender más.
De hecho, mientras investigaba para preparar este articulo me
encontré con un portal web de ventas de sillas “Ergonómicas” que te dice
textualmente como sigue: “¿Cada tarde sales de tu trabajo hecho
polvo? Estar sentado todo el día frente al ordenador termina causando graves
problemas de columna, lumbalgia, ciática, hernia discal, síndrome del túnel
carpiano, dolor de cuello………. Estos problemas pueden evitarse utilizando una
buena silla ergonómica.
Es igual de importante escoger una buena
silla de oficina para trabajar, que elegir un buen colchón para dormir. Y es
que el tiempo que pasamos sentados en la silla de la oficina (8 horas al día)
es igual al tiempo que pasamos durmiendo.”
Estos son solo mitos y verdades a medias, si bien es cierto de que
es esencial comprar una buena silla la verdad es que esto es parte de la
solución.
Voy a romper el primer paradigma: No existe, ni existirá una silla
lo suficientemente ergonómica que nos permita permanecer más de dos horas
sentados sin sentir fatiga, incluso me atrevería a decir que ni siquiera una
hora. Voy a compartir una frase que aprendí hace algún tiempo y que es vital
para romper este mito. “El cuerpo humano
no fue creado para permanecer largos periodos de tiempo estático (parado o
sentado), el cuerpo humano fue hecho para estar en movimiento, pero no todos
los movimientos le son favorables.” Los especialistas en medicina
pueden explicar lo de la fisiología de los músculos contraídos y la
vasoconstricción.
Un ejemplo de este principio se hace evidente cuando dormimos, el
cuerpo no puede permanecer estático durante el periodo de sueño, eventualmente
debemos movernos para contrarrestar la fatiga de los músculos. Así mismo es
para las sillas, es por esto que me atrevo a afirmar que no existe silla lo
suficientemente “ergonómica”, olvídelo.
El segundo mito es “mientras más cómoda se vea, mejor”, me refiero
a estas sillas con cojín para apoyo lumbar, cojín para apoyo cervical, asiento
muy mullido, entre otros. Muchas veces esto solo logra inflar el precio. La verdad es que
la aparente comodidad no siempre es beneficiosa.
Por ejemplo, el apoyo cervical usado durante periodos de tiempo
prolongado puede traer problemas en los músculos del cuello. El apoyo cervical
no está diseñado para usarlo mientras trabajamos, está hecho para usarlo
mientras descansamos o mientras hacemos una llamada, por otra parte, buscando
como descansar la cabeza sobre el cojín o apoya cabeza, podemos alejar el
tronco de la superficie de trabajo y perder la perpendicularidad con respecto a
las piernas, lo que a la larga producirá dolores de espalda y cuello.
Un cojín como apoyo para la zona lumbar puede no adaptarse a todo
tipo de morfología corporal, resultando incomodos para algunos al aumentar la
presión sobre esta zona e impidiendo el movimiento vertebral fisiológico.
Los rebordes laterales que suelen colocarse en el respaldo para
“envolver” la espalda, pueden forzarnos a inclinarnos o apoyarnos hacia un lado
por comodidad cuando no se adapta a nuestras dimensiones. Esto puede
descompensar a la columna trayendo como consecuencia una escoliosis.
Un asiento muy mullido como por ejemplo los rellenos de goma
espuma o espuma viscoelástica suelen perder la forma original y tomar la de la
persona que usa la silla, si la persona se sienta incorrectamente con el tiempo
la propia silla obligara al usuario a adoptar esa mala postura. Por otra parte,
son muy poco transpirables y pueden propiciar la acumulación de ácaros.
En fin y como resumen la solución no está en la silla si no en la
alternancia entre la postura sedente y una donde haya movimiento o una que
provoque la relajación de los músculos y la circulación sanguínea. Alternancia
de 45-60 min sentado y 10-15 min de pie o caminando puede resultar beneficioso
para nuestro sistema musculo esquelético.
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