lunes, 6 de septiembre de 2021

Mitos y Realidades acerca de las Sillas “Ergonómicas”


 

    En mi artículo anterior “Guía de Compra para el Mobiliario de Oficina” el cual iba dirigido especialmente para aquellos que se encuentran haciendo Trabajo Remoto, les dije que iba a escribir una articulo específico para las sillas “Ergonómicas” y con él, tratar de romper algunos paradigmas que se han creado o nos han hecho creer alrededor de este maravilloso invento.

Quiero comenzar hablando del mal uso de la palabra “ergonómica”, utilizada como adjetivo calificativo para las sillas. (que según mi opinión se ha utilizado como adjetivo superlativo para estos elementos), yo prefiria referirme a “Sillas con facilidades Ergonómicas” para definir a una silla con características que permiten adecuarla a varios usuarios y a diferentes espacios, y que pueda acoplarse a los otros componentes del mobiliario de trabajo.

Creo que el adjetivo de “ergonómica” atribuido a las sillas nos hace pensar que se trata de una silla en la que no vamos a sentir ningún tipo de molestias después de pasar largas horas sentados sobre ellas, se trata nada más y nada menos de una ardid publicitario y de mercadeo para vender más.

De hecho, mientras investigaba para preparar este articulo me encontré con un portal web de ventas de sillas “Ergonómicas” que te dice textualmente como sigue: “¿Cada tarde sales de tu trabajo hecho polvo? Estar sentado todo el día frente al ordenador termina causando graves problemas de columna, lumbalgia, ciática, hernia discal, síndrome del túnel carpiano, dolor de cuello………. Estos problemas pueden evitarse utilizando una buena silla ergonómica.

Es igual de importante escoger una buena silla de oficina para trabajar, que elegir un buen colchón para dormir. Y es que el tiempo que pasamos sentados en la silla de la oficina (8 horas al día) es igual al tiempo que pasamos durmiendo.”

Estos son solo mitos y verdades a medias, si bien es cierto de que es esencial comprar una buena silla la verdad es que esto es parte de la solución.

Voy a romper el primer paradigma: No existe, ni existirá una silla lo suficientemente ergonómica que nos permita permanecer más de dos horas sentados sin sentir fatiga, incluso me atrevería a decir que ni siquiera una hora. Voy a compartir una frase que aprendí hace algún tiempo y que es vital para romper este mito. “El cuerpo humano no fue creado para permanecer largos periodos de tiempo estático (parado o sentado), el cuerpo humano fue hecho para estar en movimiento, pero no todos los movimientos le son favorables.” Los especialistas en medicina pueden explicar lo de la fisiología de los músculos contraídos y la vasoconstricción.

Un ejemplo de este principio se hace evidente cuando dormimos, el cuerpo no puede permanecer estático durante el periodo de sueño, eventualmente debemos movernos para contrarrestar la fatiga de los músculos. Así mismo es para las sillas, es por esto que me atrevo a afirmar que no existe silla lo suficientemente “ergonómica”, olvídelo.

El segundo mito es “mientras más cómoda se vea, mejor”, me refiero a estas sillas con cojín para apoyo lumbar, cojín para apoyo cervical, asiento muy mullido, entre otros. Muchas veces esto solo logra inflar el precio. La verdad es que la aparente comodidad no siempre es beneficiosa.

Por ejemplo, el apoyo cervical usado durante periodos de tiempo prolongado puede traer problemas en los músculos del cuello. El apoyo cervical no está diseñado para usarlo mientras trabajamos, está hecho para usarlo mientras descansamos o mientras hacemos una llamada, por otra parte, buscando como descansar la cabeza sobre el cojín o apoya cabeza, podemos alejar el tronco de la superficie de trabajo y perder la perpendicularidad con respecto a las piernas, lo que a la larga producirá dolores de espalda y cuello.

Un cojín como apoyo para la zona lumbar puede no adaptarse a todo tipo de morfología corporal, resultando incomodos para algunos al aumentar la presión sobre esta zona e impidiendo el movimiento vertebral fisiológico.

Los rebordes laterales que suelen colocarse en el respaldo para “envolver” la espalda, pueden forzarnos a inclinarnos o apoyarnos hacia un lado por comodidad cuando no se adapta a nuestras dimensiones. Esto puede descompensar a la columna trayendo como consecuencia una escoliosis.

Un asiento muy mullido como por ejemplo los rellenos de goma espuma o espuma viscoelástica suelen perder la forma original y tomar la de la persona que usa la silla, si la persona se sienta incorrectamente con el tiempo la propia silla obligara al usuario a adoptar esa mala postura. Por otra parte, son muy poco transpirables y pueden propiciar la acumulación de ácaros.

En fin y como resumen la solución no está en la silla si no en la alternancia entre la postura sedente y una donde haya movimiento o una que provoque la relajación de los músculos y la circulación sanguínea. Alternancia de 45-60 min sentado y 10-15 min de pie o caminando puede resultar beneficioso para nuestro sistema musculo esquelético.


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